Si hay una herramienta destacada en la furgoneta de un antenista o antenero como dicen por ahí, es el medidor de campo. Es parecido al polímetro para un electricista, el medidor nos permite saber si hay señal y en qué estado está.
El medidor de campo nos permite tomar diferentes medidas como potencia de la señal, diferencia entre señal y ruido, calidad de la señal… muchos parámetros para tener controlada la señal.
Dependiendo del tipo de señal, debemos de estar entre unos márgenes para que la señal sea correcta. En el caso de la señal QPSK del satélite, tenemos niveles inferiores ya que es más inmune al ruido para atravesar la atmósfera desde el espacio.

En los niveles de calidad, disponemos de dos marcadores. Uno es el CBER y otro el VBER. En el segundo, podemos ver una marca llamada QEF (Quasi Error Free), que es el que nos advierte que una vez sobrepasado, comenzarán las pixelaciones.

Aparte de todo esto, otra herramienta importante es el analizador de espectro. Es igual de importante ver los números como el aspecto de la señal. Muchas veces los parámetros pueden estar correctos pero… la forma de la señal es incorrecta.
Por ejemplo, un múltiplex de TDT debe de ser cuadrado. Sin embargo, el transpondedor de un satélite, aunque también sea digital, tiene una forma más redondeada.

En algún momento me habréis escuchado que muchas veces tirando de experiencia, puedes guiarte más o menos sin el medidor y localizar la avería. Pero en la mayoría de las veces es indispensable para poder llegar al fondo de la cuestión.
Espero que con este post conozcáis un poco más esta herramienta que nos hace la vida más fácil a los antenistas. Nos vemos muy pronto y un saludo desde los tejados.
