¡Bienvenidos de nuevo al blog de los telecos! Aprovechando que hoy estoy un poco de “resaca” post-txistorrada, os traigo unas cuantas anécdotas que me han surgido en mi corta experiencia con la radioafición.
Vamos con cinco anécdotas para este volumen 1:
Aprendiendo a no transmitir cerca de un receptor de radio
Estaba empezando en la radioafición y me acababa de comprar mi primer SDR, el típico de color azul, económico y perfecto para comenzar en la afición. Como todo novato, no recibía demasiadas señales con la antena de serie que trae el equipo y en interior, salvo una señal en telegrafía que no me generaba mucha tranquilidad la verdad, y que con el paso del tiempo descubrí que no era más que el VOR del aeropuerto.
El problema vino cuando tuve la gran idea de transmitir con mi radio de banda ciudadana cerca del PC y del SDR… apenas 3 wattios que produjeron que el ordenador se reiniciara por completo. Podéis imaginaros mi cara de susto… por suerte, el SDR no se estropeo y aprendí un poco por las malas que no es buena idea transmitir cerca de un receptor.
Cazando piratas del Satcom con los YOTA
Suelen decir que lo que pasa en Ávila, se queda en Ávila… pero os voy a hacer un pequeño resumen.
Ya había finalizado IberRadio, acabábamos de cenar unos cuantos junto con los jóvenes YOTA, y tenían planeado ir a una zona despejada a hacer unas pruebas de Rx de los famosos satélites Satcom y algo más de radio.
La anécdota surge camino de este lugar, que pasamos cerca de una discoteca y las caras de todos los jóvenes que estaban haciendo cola al pasar toda la tropa al lado con los equipos y antenas… ¡Mucho más sano salir al campo a la una de la mañana a cazar satélites!
Mi primer contacto CW por satélite y la Ertzaintza
Generalmente todos nos acordamos de ciertos contactos de radio, sobre todo de los primeros… recuerdo que era un domingo y mi profe de satélites EA5TT me convenció para intentar hacer mi primer contacto de telegrafía vía satélite.
Me fui a la zona donde suelo hacer las actividades de satélite y preparé con antelación todos los equipos necesarios. En este caso, en una mano la antena directiva. Colgado del cuello, una mochila con las dos emisoras para recepción y transmisión y, por último, en la pierna sujeto el manipulador… os podéis imaginar la escena vaya.

Faltaban unos minutos para que iniciase el pase del satélite RS-44 y aparece una patrulla de la policía autonómica. En principio pasa de largo despacio al lado mío, pero se detiene a unos 20 metros. Yo estaba intentando pasar desapercibido, aunque era difícil con todos los equipos encima esperando al pase. La patrulla comienza a dar marcha atrás para acercarse donde mí y bajan la ventanilla:
“Le hemos visto con toda la parafernalia y nos ha entrado la curiosidad” me comenta el agente. Yo empiezo a pensar cómo explicar de forma sencilla que pinto allí con la antena, el manipulador… a lo que finalmente les cuento que soy radioaficionado, que me gusta mucho el tema de satélites y que andaba de pruebas. Los agentes asombrados me dan las gracias por la explicación y hasta me desean suerte con el contacto de CW. ¡De película!
Finalmente, no hay suerte en el RS-44 pero en el siguiente pase del XW-2B… ¡Premio!

La antena nueva no funciona y contacto sorpresa
Era una tarde de octubre y había preparado una antena nueva, un dipolo con links para las bandas de 10, 15 y 20 metros. La había ajustado con el VNA y probado unos días antes en otro lugar. Decidí subir a una cima SOTA para realizar una activación y por aquella época andaba en busca de contactos con América.
Al llegar a la cima, comencé a montar el dipolo sobre una caña de pescar y lo sujeté con pulpos al vértice de la cima. Un par de montañeras me estuvieron haciendo preguntas sobre la radioafición, muy interesadas en como podían comenzar, y al intentar hacer una pequeña demostración… ROE infinito…
Estuve revisando que los links estuvieran bien puestos, que no estuviera nada roto en el choke, al final desistí y no hubo demostración. Suelo llevar otro dipolo de repuesto por si hay averías, y al desmontar la antena que no funcionaba y desconectar el cable del equipo, me di cuenta de que: ¡No había conectado la antena! Media hora revisando y el fallo estaba delante de mis narices.
Al final pude salir a las ondas, y casi acabando la actividad escucho llamarme un ZS5APT ¡Sudáfrica! Le tuve que pedir que me repitiera el indicativo hasta en dos ocasiones porque no me lo creía.
Terminamos de darnos los reportes de señal y me pide que espere, que su pareja también quiere hacer el contacto conmigo. Amablemente continué con ZS5AYC y al segundo de terminar el contacto, me llama su hijo ZS5LS. ¡Alucinante!

Saltando el atlántico en satélite
Había leído a unos cuantos colegas de la radio la posibilidad de hacer un contacto vía satélite con América cuando el satélite está en medio del océano entre Europa y América.
Revisé los pases, buscando los más bajos y cercanos al horizonte y que pasaran sobre el atlántico. Busqué un lugar alto y con el horizonte despejado, en este caso la cima de Oiz en Bizkaia, y aprovechando que también es SOTA ¡2×1!

No tenía muchas esperanzas de éxito, ya que suelo operar con escasos 5 wattios y pensaba que se quedarían cortos para llegar tan lejos. Llegó el momento del pase, en este caso el RS-44 y comencé a escuchar de primeras una estación de Puerto Rico… pero no conseguía entrar al satélite.
Después de unos minutos de peleas con los equipos y que el satélite ganó algo de altura, conseguí empezar a escucharme en la bajada del satélite. A la tercera llamada que realicé sin muchas esperanzas, escuché una estación llamarme… November Two Fox… los nervios a cien. N2FYA me llamaba desde el otro lado del océano. ¡La magia de la radio!
Después de repetirle varias veces mi indicativo(los nervios), conseguimos intercambiar el reporte de señal y la cuadricula y regresar para casa con el reto conseguido y a la primera.

Y hasta aquí el post de hoy. Si tenéis alguna anécdota curiosa propia sobre la radio, no dudéis de compartirla en los comentarios. Muchas gracias y como siempre, ¡Un saludo desde los tejados!
